La cara amable de Mourinho

El pasado miércoles coincidí de madrugada con Jorge Mendes en Bucarest. Era la primera vez. Empezamos hablando de Falcao y acabamos especulando sobre el Madrid de la próxima temporada. Sus palabras fueron una copia de lo que ayer escuché a Mourinho. Durante el verano habrá poco que rascar en cuanto a traspasos en el club blanco. Y eso incluye a Higuaín. La palabra clave es continuidad. La Liga ha enterrado topos, alejado conflictos internos y ablandado el discurso del que manda. No parece una pose. Los títulos ayudan a sobrellevar mejor la presión. Sería deseable que los únicos cambios los notáramos en la sala de prensa.

Muchos defienden que Mou se transforma con la competición. Que oculta el lado amable que sólo descubren los más cercanos. Comprobando la exquisita educación y afabilidad de uno de sus mejores amigos, Mendes, uno se lo puede imaginar. No estaría mal que se planteara como reto exhibir en público esa cara en el futuro. Los primeros que lo iban a agradecer son los jugadores. Rebajaría la crispación. Ayer, incluido el gesto infantil de honrar a Karanka con un cántico, se permitió unos minutos de relajación. Que dure.