Mario-Gabi, una dupla de lujo

Si escandaloso, por bello y decisivo, fue lo de Falcao o Diego, no menos resultó la exhibición de Mario y Gabi. El primero puede que haya hecho el partido de su vida en Bucarest. Robó, mandó, fue un tercer central, incluso tiró tacones y, lo más importante, dio salida al balón con mucho sentido. Mario empezó siendo suplente de suplentes y le ha comido la tostada a Tiago y a Assunçao. Con el Cholo ha logrado la confianza para volver a ser el que deslumbró en Mallorca. Y lo bueno es que puede que esté a un 30 por ciento de sus posibilidades. Sus compañeros son los que valorarán mejor el partidazo que hizo en la final.

Y junto a Mario un Gabi sublime. Con atrevimiento y llegada. Ejerciendo de capitán. Olvidándose de esas entradas que tantos disgustos le han costado. Fue la combinación perfecta. La dupla que llevaba tiempo buscando Simeone. Guerreros, fuertes, pero con clase. A su imagen y semejanza. Los goles y las florituras ya quedan para otros. Ellos tienen que ser el empuje, pero también la estabilidad. Insisto, la final será recordada por los goles de Falcao y el tanto de Diego que apuntilló. Pero, pensando en el futuro, esta final también se rememorará por dos jugadores de la casa que, en el partido más importante del año, supieron dar la talla.