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La ilusión es algo que se lleva dentro

Iker Muniain es una de las imágenes de este Athletic con sabor a campeón. Joven y descarado, su fútbol tiene una proyección muy similar a la de los leones de Bielsa, que están en puertas de tocar el cielo. Caparrós, su mentor, le puso pronto la etiqueta de ganador. "Será lo que él quiera", dijo el utrerano en más de una ocasión. Y el de la Chantrea está por la labor de ir poniendo etiquetas a ese lo que él quiera que lanzó su primer entrenador en la élite. Es internacional y ahora quiere levantar un trofeo con el Athletic. Este curso tendrá dos oportunidades de hacerlo (Europa League y Copa), que es algo que en la historia rojiblanca solo se ha dado en 1977. Y aquella vez se perdieron las dos finales. La ilusión que transmite este Athletic va mucho con la cara iluminada de Muniain, que cada día que pasa está más convencido de que este 2012 lleva camino de tener un rincón propio en el museo rojiblanco, ahora pendiente de su nueva ubicación con el cambio de campo.

Bielsa ha dado forma futbolística a un vestuario que si por algo se destaca es por su conectividad. Citando de nuevo a Caparrós, el líder espiritual del Mallorca recalca que el Athletic es diferente porque "los jugadores son amigos, no como en otros equipos en los que solo son compañeros que defienden en ese momento intereses deportivos". Así que esa chispa que exhibe Muniain es compartida por toda la caseta, que han tenido unos días especiales pensando en la primera final de temporada. Pero esa singularidad no ha entrado de lleno en los códigos que maneja Bielsa, que para la ocasión ha decidido dejar fuera del viaje oficial a seis futbolistas de la primera plantilla. No vivirán la previa. Llegarán mañana a Bucarest en un vuelo con aficionados. Su felicidad no será completa.