Callejón, ejemplo y enseñanza

Callejón, ejemplo y enseñanza

Al Barça de la última década le gustó presumir de cantera. "La diferencia es que aquí los ponemos", ha argumentado con reiteración Guardiola para defender los logros del criadero culé. No le falta razón, aunque el éxito no se explica sólo en la insistencia, que también. Porque juntar a Messi, Xavi e Iniesta en un mismo tiempo y lugar quizá no vuelva a repetirse nunca, como quizá nunca le brote al Madrid otra Quinta del Buitre. Difícilmente Pedro, Busquets, Thiago, Cuenca o Tello, buenos futbolistas, algunos incluso campeones del mundo, acudirán a una ceremonia de entrega del Balón de Oro, y pensar lo contrario es engañarse.

Pero la cantera no se justifica sólo en producir megaestrellas, agujas en un pajar, sino en ahorrarle dinero al club en futbolistas de complemento, en ayudas necesarias cuando flaquean las fuerzas o la salud. Futbolistas, por cierto, que traen de serie el compromiso porque conocen el tamaño del entorno y desde niños están acostumbrados a él. Y por ahí empieza a pasar también el Madrid de Mou con Callejón, 35 partidos y 13 goles, alternativa ideal, suplente modélico y hasta yerno perfecto. Incluso con Granero o Arbeloa, que no le quitarán el sitio a Cristiano u Özil pero espantarán las tentaciones de repetir la experiencia de Altintop, de pagar un sobreprecio por Khedira o de improvisar el fichaje de Lass en un arranque de preocupación una tarde de invierno. Y si por el camino aparece otro Casillas...