La doble cara de Pep

Hay, como sospechábamos, dos Guardiolas. El que gana, con verbo cuidado y mensaje sereno. Y el que pierde, que tira con bala y se presenta en la sala de Prensa del Bernabéu diciendo tacos. El Pep que se queja del árbitro de la Copa porque "tuvo mucha vista para anular el gol por dos centímetros". O el Guardiola que insinúa que ha perdido esta Liga por los árbitros. ¿Y los seis penaltis regalados para gloria de Messi desde que habló Godall? Hay un Pep que como jugador fue el más expulsado de la historia del Barça, pero que como técnico se ha atrevido a decir: "Yo nunca hablo de los arbitrajes...".

El miércoles, aprovechando que se va, sacó su verdadera cara. Visceral, apasionado, sin querer aparentar lo que no es. Un tipo caliente que da caña cuando pierde y está fastidiado. Humano, en suma. Y por eso justificó el fracaso de su Barça en la Liga haciendo una de Mourinho. Cuando Mou dijo lo de la Champions, le crucificaron en Barcelona. Ahora, todos miran para otro lado aunque Pep haya hecho lo mismo. Uno mete el dedo en el ojo (lamentable) y otro lo mete manipulando el mensaje (casi peor). Muy triste, Pep.