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Ese gesto incendió el estadio

La eliminatoria estaba perdida desde la ida, como perdió la cabeza Juanito con Matthäus. Pero el Bayern olvidó eso. El gesto de Augenthaler sirvió para que estallara la caldera. El capitán del Bayern no era de perder los nervios. Frío y calculador, se permitió un calentón que ha pasado a la historia. Pese ganar un Mundial con Alemania, múltiples títulos con el equipo bávaro y estar en el once ideal del mismo, la fotografía que ilustra la columna le perseguirá de por vida. Una provocación en toda regla que dio resultado porque lo acabó pagando caro el Madrid.

Ha pasado un cuarto de siglo y aquella rivalidad se ve como algo anecdótico. La remontada de hoy no necesita de agravios pasados. En la ida el equipo de Mou, pese a jugar mal y renunciar a dejar sentenciada la eliminatoria, demostró que tiene fútbol para eliminarlos. Desde finales de los cincuenta, el club no consigue el doblete (Liga y Copa de Europa). Si lo consiguen pasarán a la historia. Lo otro, lo de los piques absurdos es de otra época.