En manos de Ribéry y Robben

El Bayern sabe que le tocará sufrir en el Bernabéu, pero tienen confianza en superar la ronda. El hecho de que la final se juegue en Múnich hace que el equipo esté entusiasmado con pasar. Esa pasión será el principal escudo contra la presión del estadio. Los madridistas tampoco conseguirán que el equipo se meta atrás. Heynckes jugará igual que en Allianz: posesión y entrar por los extremos. Y el Clásico tampoco ha hecho que la confianza decaiga. El vestuario del Bayern vio a un Madrid imponente, pero su optimismo nace de la idea de que la mayor debilidad de los blancos (los laterales) se medirá a la gran fortaleza germana (los extremos).

Las preocupaciones en Alemania tienen dos focos. Por un lado, Schweinsteiger no está bien y él es el que, por su carácter, tira del equipo. Por otro lado, el conflicto entre Robben y Ribéry amenaza la estabilidad del club. En el partido ante el Werder Bremen celebraron juntos un gol para escenificar la paz. Pero nadie se acaba de fiar. Quizá el ansia de ganar títulos haga que, por una vez, estas dos estrellas de mundos tan diferentes pongan sus intereses personales por debajo de los del equipo. Ambos saben que para vencer al Madrid se necesitan.

Menzel es redactor de Deportes del periódico alemán TZ.