NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Me quedo sin habla tras lo del Espanyol

Dimito. Después de partidazos como el del Bernabéu, el 4-0 al AZ y el 4-1 al Rayo, que te meta ese feísimo 4-0 el Espanyol me hace pensar que cada día sé menos de esto. No tengo el diagnóstico, no tengo la solución. Tengo la impotencia de no saber como explicarlo. Seguramente la misma que tendrá el entrenador de no saber como arreglarlo. Quizá no sepa o no valga. O quizá esta plantilla, esta temporada, no dé para más. Quizá otro entrenador lo haría mejor. O quizá peor. No sé, me debato en un mar de dudas. Tengo ganas de sentenciar públicamente a algunos jugadores; pero me frena el caso Feghouli. El año pasado parecía que no valía ni para tacos de escopeta. Y este año es uno de los más destacados.

Feghouli forma parte de ese mínimo grupo en el que pongo a los dos porteros, Jordi Alba, Soldado y Jonas. Y en un segundo escalón por su segunda vuelta a Rami. Tengo identificados al menos a 10 jugadores que son jugadores de tres ratos, de los que pasan sin pena ni gloria. Pusilanimes. Blanditos. Si lo piensan bien los sacan de inmediato. Me da rabia ver 22 millones en Parejo, Víctor Ruiz y Piatti estancados. Sólo tengo esperanza en ellos por el caso Feghouli. Hace falta más leña, más rabia, más dolor en la derrota en ese vestuario; pero hay un gen incrustado que sólo se puede extirpar con dinero. Y ya les digo que encima a quien se va a extirpar (vender) es a alguno de los cinco buenos a los que he nombrado; "porque en este club ahora mismo hace más falta el dinero que los títulos". La frase no es mía.