El vestuario emana ilusión
El Sporting afronta el último tramo liguero de cinco partidos con la necesidad de hacer un pleno. El equipo gijonés precisa sumar los quince puntos en litigio y esperar que con 43 puntos pueda mantenerse, aunque la cifra que lo asegura es un punto más, a la que ya no pueden llegar los rojiblancos. Hasta ahora, sólo hay un precedente de descenso con esa puntuación, que fue la del Deportivo en la pasada campaña. El vestuario de Mareo parece estar en disposición de asumir esa presión, sin margen para el error, con una ilusión especial que se transmite al exterior. En principio, La Mareona vuelve a movilizarse en la campaña de precios baratos para los acompañantes de los abonados, lo que hace pensar que habrá un lleno que tampoco garantiza el éxito deportivo.
Los que ganan o pierden los partidos son los artistas, quienes hasta ahora protagonizaron la temporada más irregular de los últimos tiempos, con un preocupante lastre defensivo. Ese es el caballo de batalla de Javier Clemente desde que llegó al banquillo. Los despistes defensivos proporcionan cada semana unos disgustos que sólo el ataque pude maquillar, como pasó en la última visita del Levante. En Madrid se reprodujeron los regalos ante un líder que en estas situaciones no perdona. Ahora, en el tiempo que falta, las equivocaciones serán letales, además de luchar con las limitaciones que aumentaron con las sanciones y las lesiones. Parece que todo se pone en contra, pero no queda más remedio que dejarse convencer por la ilusión del vestuario. Es lo que queda.