Daría miedo si se llamase Gerd Gómez

Con sólo 10 añitos vi por primera vez al Bayern. Mi padre no había conseguido entradas para que pudiéramos ir al Bernabéu a disfrutar de la semifinal con los alemanes, pero TVE (sólo existía ese canal y el UHF) lo ofreció en directo. La imagen en blanco y negro no me impidió asombrarme del poderío físico de los alemanes. Maier (un porterazo con guantes imantados), Beckenbauer (elegante como un cisne sacando la pelota de atrás), Schwarzenbeck ("hijo, ése le dejó al Atleti sin Copa de Europa hace dos años", me recordaba mi padre), Rummenigge y Hoeness (dos rubios made in Germany) y Gerd Torpedo Müller, un nueve que metía goles desde los vestuarios...
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Cuando contemplé a Pipi Roberto Martínez con la nariz rota y sangrando sin consuelo, me sorprendió menos ver al final del partido al famoso Loco del Bernabéu (le conocí hace once años, se llama Jaime y es buena gente) montando una bronca que dejó al Madrid con la imagen bastante deteriorada ante la mirada de toda Europa. El Bayern ponía así la semilla que nos avanzaba lo que iba a venir después...
Pero las nuevas generaciones no han crecido con estos traumas infantiles. Muchos han visto a Anelka silenciar el Olímpico con un golazo de cabeza (que costó 5.500 kilos, eso sí), a mi Raúl protagonizando un face to face memorable con ese Kahn que se creía Conan El Bárbaro, y a Guti y Helguera poner patas arriba el Bernabéu en una noche en la que se rescató el ambiente de las grandes remontadas de los felices 80. Nos han jorobado mucho estos tíos, para qué engañarnos. Pero si hoy su panzer se apellida Gómez, es que vamos avanzando. Dan menos miedo...



