Suelen asegurar los profesionales del fútbol que el mejor remedio para olvidar una derrota, y más si es por goleada como fue el caso de Osasuna el sábado en Vallecas, es que llegue otro encuentro lo antes posible. Por fortuna para los rojillos hoy tienen una nueva oportunidad para poder demostrar que lo sucedido en el último partido de Liga fue sólo un accidente. Apenas han tenido tiempo de preparar el choque ante el Espanyol y el estado anímico no es el idóneo, pero ninguna de estas dos razones puede, ni debe, servir como excusa.

Por el momento Mendilibar ha cambiado el discurso. Dice que su equipo necesita objetivos y el de su equipo es poder jugar en Europa la próxima temporada. En el Reyno se van a medir dos equipos con un mismo objetivo en un partido que promete ser interesante. Al técnico rojillo probablemente le traerá buenos recuerdos el partido de esta noche. Debutó en el banquillo de Osasuna, en el que hoy no podrá sentarse porque cumple su segundo partido de sanción, precisamente frente al Espanyol y los suyos ganaron por cuatro a cero. Un resultado similar sería el ideal para redimir pecados y, de paso, conservar el puesto europeo.