Kuipers influyó, pero más Messi

Pocas veces como en esta ocasión una decisión de un árbitro contra un equipo italiano no ha sido considerada determinante para su eliminación. Toda la Prensa y todos los aficionados, más allá de los representantes del Milán, han admitido que el Barça fue superior por su juego y por el número de ocasiones del gol. Es cierto que el segundo penalti fue la clave del partido, pero en un encuentro del fútbol, y en el deporte en general, es más justo considerar todos los aspectos y no sólo un detalle. El Milán salió con honor del Camp Nou, porque tiene una pequeña coartada, pero el Barça, considerando los dos partidos, merecía llegar a la semifinal como se lo merecía el Chelsea hace tres años, perjudicado por el árbitro Ovrebo.

El Milán espera que el Barça gane la final por dos razones, porque su eliminación podría ser más justificada y porque Mourinho sigue siendo el enemigo con traje del Inter. Más allá de todas las especulaciones, el fútbol italiano sale derrotado de Europa y todos en Italia deberían comprender que la culpa no es siempre de los árbitros. Kuipers sí influyó en el partido, pero mucho más que él influyó la potencia del Messiteam.