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Un recurso de treinta millones

Vaya por delante que Coentrao no tiene culpa alguna de la desmesurada cifra que se pagó por él. Eso hay que situarlo en la casilla del debe del mánager general que dio el visto bueno a una operación tan costosa. Pero, por desgracia para él, los 30 millones le perseguirán. Algo parecido le pasó a su compatriota Pepe. Tampoco será fácil que la gente olvide que su representante es el mismo que lleva los asuntos del entrenador. Y menos aún que cuando han llegado partidos importantes y ha estado en condiciones, mutó su condición de suplente por la de titular. Circunstancias ajenas al futbolista que no le ayudan en su primer año. Pero el verdadero problema se encuentra en su bajo rendimiento.

Mourinho le buscó una primera ubicación de mediocentro. Fiasco. No recuperaba más que Khedira y distribuía menos que Xabi. Su presunta condición de comodín se venía abajo. La segunda intentona por meterle con calzador fue en su puesto natural. Pronto vimos que, igual defendía mejor la banda que Marcelo, pero no le llegaba ni a la suela de sus zapatos en ataque. En esas comenzaron a llegar también las lesiones. Demasiadas. Y para colmo de males, el famoso cigarrillo el día de su cumpleaños. ¿Simple anécdota o adicción poco recomendable? Llegan los cuartos de final y Coentrao apunta a titular. Curioso.