Eladio Paramés es mi ídolo

Eladio Paramés es mi ídolo

Claro y directo. Es el secretario de Mourinho y habla más claro que el propio Mou. Lo que el técnico del Real Madrid se calla en las salas de prensa es expandido con habilidad por Eladio Paramés, el de verdad y no el muchacho del País Vasco al que liaron en una ocasión por culpa de un teléfono móvil. Parece mentira, pero incluso el propio Florentino ha aceptado el papel de este personaje encargado de agitar las conciencias. Es un tipo listo el tal Paramés. Maneja los debates a su antojo, o mejor dicho al de su jefe, y pone sobre la mesa los temas que convienen para que queden en segundo plano otros casi siempre más relevantes.

Efectivo. Nadie habla del juego más bien discreto del Madrid ante los rusos y sí del ambiente frío del Santiago Bernabéu. En pocas ocasiones son los afi cionados quienes levantan al equipo con sus cánticos. Acuden al estadio con la misma predisposición que los espectadores que visitan el Gran Teatro de la Ópera. Esperan que sean los Cristiano Ronaldo, Özil y Xabi Alonso quienes les levanten de sus asientos, quienes les hagan sentir orgullosos de ser madridistas. Así es el público del Madrid y no parece fácil que sea Mou con sus piropos al Fondo Sur o Eladio con sus tweets sarcásticos los que logren cambiar esa tradición.

Grandísimo Athletic. Me emocioné el pasado jueves viendo como rugía Bilbao. La afi ción del Athletic logró atemorizar incluso a un Manchester United que pasó del teatro de los sueños a la pesadilla de San Mamés. Echo de menos ese ambiente en muchos campos, incluido el Bernabéu.

El mensaje de Mou. El entrenador portugués consciente del peligro que suponía tener un estadio frío, y que ya daba por hecho el pase a cuartos, en el descanso del partido ante el CSKA advirtió seriamente a los suyos de que cualquier despiste podría resultar dramático. No es la primera vez que el entrenador lanza mensajes a sus afi cionados, poco partidarios de recibir este tipo de reprimendas. Mou tiene que asumir que esto no es la Premier League, pero los seguidores merengues deberían recordar las noches mágicas del Bernabéu, en las que era el público quien contribuía de manera determinante a conseguir gestas históricas. Entrenador y afi ción están condenados a entenderse... Y Punto Pelota.