Ecclestone señala a Domenicali
Ayer Domenicali nos daba las claves por las que hay que contar con Ferrari en 2012: la primera, que el Mundial es tan largo como el Giro, por lo que hay tiempo para reaccionar, y la segunda, que su equipo puede ser como Italia en 1982, irregular en el arranque, pero campeón al final. Hoy es Bernie Ecclestone quien se moja: el Mundial lo ganará Vettel y Ferrari debería de haber fichado a Adrian Newey. Yo creo que Ecclestone, como gran patriarca de la F-1 que es, no debería ir por la vida de abuelo sabelotodo, liquidando emociones y pasiones de un campeonato que todavía ni ha empezado, pero me temo que no lo dice por fastidiar y sí por profetizar en un asunto del que sabe más que nadie: el estado de forma de cada uno de los equipos de la Fórmula 1.
De lo que dice uno y otro se desprende que Domenicali no se ve ganador y que Ecclestone lo ve perdedor, pero al citar a Newey, éste va más allá, le da tal dimensión al director técnico de Red Bull que lo ve como la única persona capaz de resucitar a Ferrari. Esperemos que por el bien de Fernando Alonso y la F-1 el gran Bernie se confunda, pero que Domenicali también, porque para ganar a lo rácano como Italia en 1982, mejor quedarse en casa. Qué pena que en vez de mirarse en el espejo del mustio Enzo Bearzot, no lo haga en el de Alfred Neubauer, Colin Chapman, o un tal Enzo Ferrari, sumo pontífice de Maranello que jamás hubiera aprobado que uno de los suyos equiparase a su Scuderia con un equipo de fútbol. Lo de Domenicali no tiene remedio.