Hay que olvidarse de las utopías

Hay que olvidarse de las utopías

Desde que en 1957 Raimundo Saporta parió la Liga Nacional (actual ACB), sólo tres clubes han jugado todas sus ediciones: Joventut, Real Madrid y Estudiantes. Ahora, este último está en claro peligro de descenso, atenazado por una crisis económica y deportiva difícil de solventar. Los problemas evidencian una mala gestión del club, pero no es el momento de buscar culpables, sino soluciones. Y, a mi entender, lo primero es olvidar ambigüedades, utopías y romanticismos.

Si se quiere vivir entre lobos hay que tener garras y colmillos. Si se quiere vivir entre ricos, la cartera llena. Si luchas con profesionales no vale el amateurismo. Los puristas que defienden la filosofía de 'equipo de patio de colegio' contradicen la idea del propio fundador, Antonio Magariños, que soñó fichajes multimillonarios y competiciones transoceánicas para el club. Estudiantes no ha sabido explotar su imagen de marca. Podría ser el equivalente europeo a universidades como Dukeo North Carolina, pero ideas decimonónicas no abren futuro.