NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La Copa está llena de vinagre

El enredo, la bronca y el descontento general son ya inevitables y sólo tendrán utilidad si la Federación toma nota y establece en julio un escenario para la final de Copa inapelable. Quienes defienden la postura que nos ha llevado hasta aquí esgrimen como imprescindible la neutralidad del escenario. Una neutralidad que no tiene razones históricas, porque en el Bernabéu jugó el Madrid ocho de sus finales. Y perdió seis, por cierto. Y una neutralidad, por otra parte, que nadie reclama en Champions. Todos saben que la final será en Múnich y que allí puede estar el Bayern, pero se conoce de antemano y no se ponen reparos.

La cuestión es que ahora se patean rencillas pasadas y futuras en el trasero de la competición. Al Madrid no le apetece ver al Barça levantar una Copa en su estadio y le brotan unas obras. El Barça, que busca un triunfo al cuadrado, aprovecha el caso para forzar al Madrid a una negativa en público y dejarle así en mal lugar a ojos del mundo, aunque sea el dueño de la finca. El Athletic, que se siente víctima, también pretende poner en evidencia al Madrid y, en su defecto, evitar que el evento sea un negocio para la capital. De ahí su no al Calderón. Y Rosell paga su enfado por el 'caso Piqué' haciéndole el feo a Villar de no acudir a la reunión donde se fijará la sede. La Copa está llena de vinagre.