Mourinho retiró a Granero del once inicial. Había avisado en la víspera que el equipo necesitaba cabeza fría y corazón fuerte para superar las adversidades, que eran el frío y el césped. Y tal vez, por esa razón prefirió el tono más físico de Khedira, que fue el acompañante de Xabi Alonso. El alemán se mostró muy seguro durante todo el partido y ayudó a los centrales en las ocasiones en las que el CSKA atacaba por las bandas, especialmente cuando Slutsky dio entrada a Oliseh y los rusos apretaron algo más. Si bien el gol del empate llegó al final del partido, justo cuando el Madrid defendía con mayor número de jugadores.

Khedira supo sacrificarse en beneficio del equipo, lo que en fútbol sigue siendo una virtud. Ahora está más obligado porque tiene muchos rivales en su puesto. Al principio de la temporada, una vez se recuperó de su lesión, parecía fijo. Pero Lass, a veces, y últimamente Granero le han robado minutos. En todo caso, los tres son jugadores diferentes. El mediocentro alemán sabe mantener la concentración hasta el final, en eso no tiene rival. Es poderoso cuando se incorpora al ataque, claro que con lo que el Madrid tiene delante su presencia en el área contraria se antoja testimonial. Ayer aguantó el tipo y fue uno de los mejores del partido.