Maleficio roto (Copa en alto tras 19 años) e ilusión recuperada. Lo que no consiguieron dos infalibles como Messina y Maceiras, lo están logrando Pablo Laso y Juan Carlos Sánchez. O sea, colocar otra vez al Madrid en la élite española y europea. Y no era fácil, porque en el proyecto anterior hubo demasiados errores (rechazar el fichaje de Lorbek, acumular veteranos sin proyección). Ahora la situación ha variado radicalmente: hay presente y futuro. Se salvó lo aprovechable, se añadieron valores firmes (Carroll, Pocius, Singler) y con un pívot de refuerzo quedará un gran equipo.

Pero la clave de todo está en la revolución Laso. Ha dado al Madrid un juego alegre y batallador, ha recuperado a hombres abatidos (Reyes, Velickovic, Begic, Sergio), ha reconvertido a Llull en base explosivo y mantiene en ebullición a once jugadores. Queda mucho ascenso para pisar cumbre, pero el Madrid está en el camino correcto. El título del Sant Jordi le ha devuelto crédito y esperanza.