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Son unos números que certifican las sensaciones

No ha mucho que hablábamos de que el Madrid fiaba su suerte a Casillas y Cristiano. El portero se hinchaba a parar y el delantero a marcar. Fue muy evidente con Pellegrini. Era una herencia de años anteriores, cuando el otro Ronaldo, Nazário, e Iker, también acaparaban todo el protagonismo. Pero el juego de equipo dejaba bastante que desear. Esa dependencia no era buena. Mourinho lo corrigió en parte la pasada temporada, pero seguían existiendo carencias. El técnico ha dado con la famosa tecla, tecla que sigue perdida cuando se mide al Barça. Y la misma ha logrado una gran regularidad en todas las líneas. Ahora se trata de pulir pequeños detalles, como la excesiva fragilidad en la defensa de los balones parados, sobre todo en el Bernabéu. Incluso Cristiano destaca en la estadística de recuperación de balones.

Varias causas se antojan como trascendentales en el cambio. Para empezar, la apuesta por Ramos de central. Eso, además de seguridad en defensa, ha dado una mejor salida de balón. Luego, el extraordinario momento de Benzema. Su transformación ha servido para que él aumente su cuenta goleadora y, de paso, Higuaín aproveche cada minuto en el campo. Los goles de ambos faltaban el pasado año, más tras la lesión de Gonzalo. Y así, Cristiano acaparaba toda la responsabilidad y eso se transformaba en periodos de ansiedad. En el centro del campo, Xabi también se ha sentido más arropado, ya sea con Khedira, Lass o Granero. El tolosarra comete menos errores en el pase y tiene más fuelle para recuperar. Finalmente también hay un cambio importante en el banquillo. Mou combina el gusto del Bernabéu con la practicidad.