Es un Clásico esperadísimo en Bilbao. El Athletic de Bielsa llega al Bernabéu cargado de moral y argumentos como para plantar cara a la estampida blanca. Mateu mediante, está preparado para una batalla sin tiempo para llenar los pulmones. Se jugará a todo trapo. Los leones pondrán ritmo a la circulación de balón y, cuando no haya más remedio, buscarán en largo a Llorente. Se sienten capaces de tener más el balón que el Real Madrid, algo que sería ya para celebrarlo. Ahogarán a Xabi Alonso, quien fascina a Herrera. Le considera el mejor futbolista blanco, por encima de Cristiano y cía. Más allá de la buena línea en las tres competiciones, el argumento para el optimismo es que el Athletic se paseó en el Pizjuán y rozó la victoria ante Barcelona y Valencia. Se le escurrieron en el descuento, cuando las lecciones de Bielsa estaban en el prólogo. Ahora que han estudiado...

Los rivales se vuelven locos para frenar a los rojiblancos. No están acostumbrados a medirse a equipos que mezclan marcajes mixtos con individuales por toda la cancha. La movilidad, personificada en De Marcos, Susaeta y Muniain, obliga a muchas ayudas defensivas. Llegan hasta la línea de fondo y en el punto de penalti Llorente es el rey. Y a todo esto hay que recordar que la foto inicial presentará a ocho futbolistas forjados en Lezama, al once más joven de la Liga. El Athletic tiene presente y mucho futuro. El Loco es el gran artífice de un salto para recordar. Se juega al ataque siempre, en San Mamés y fuera.