Un deporte cada día más espectacular
Los tiempos están cambiando, que cantaría Dylan. En 1984, Dan Marino estableció el récord de yardas de pase en una temporada (5.084) que ha perdurado 18 años. Hasta aquel curso, sólo cinco quarterbacks en la historia de la NFL habían lanzado más de 4.000 yardas. Este año, Drew Brees (5.476) y Tom Brady (5.235) han fundido el viejo tope de Marino y un total de diez han sobrepasado la frontera de las 4.000, entre ellos, por supuesto, el fabuloso Aaron Rodgers, que ha completado una temporada demencial para poner una diana en la frente de sus Packers: el enemigo a batir.
Dos factores fundamentales marcan la transformación del juego, de batalla terrestre a espectáculo aéreo: una magnífica generación de quarterbacks y el cambio de las normas, cada vez más punitivas con las defensas, bajo el doble miedo a los alarmantes estudios sobre las conmociones cerebrales y el exceso de estrellas lesionadas. Los fans clásicos refunfuñan, pero las audiencias no paran de subir y la NFL acaba de firmar un contrato televisivo de 3.000 millones de dólares anuales. Así que, si no son hinchas, denle una oportunidad y disfruten del espectáculo. Lo merece.