El mejor regalo para los niños

Ya sé que en Inglaterra e Italia es la costumbre. También en España se ha puesto de moda bajar la persiana y elevar los muros para que nadie vea trabajar a los equipos. Los técnicos pueden entrenar más a su aire, en la intimidad que te dan el silencio de las gradas vacías y la falta de testigos con cámaras, grabadoras y portátiles. Pero esto es fútbol y los que lo alimentan son esos locos bajitos (los niños) que se pegan por ver a sus ídolos, aunque sea jugando una pachanguita como era el caso de ayer. Me consta que a Mourinho le impresionó la respuesta de la afición, con gente que hizo cola en Valdebebas desde primeras horas de la madrugada...

Propongo al míster portugués que intente buscar un hueco para repetir experiencia al menos una vez al mes. No sabe la cantidad de padres, madres y niños felices que ayer se volvieron a casa orgullosos del ser del Madrid. Ver a Casillas, Cristiano, Ramos, Xabi, Kaká, Higuaín o Benzema tan cerca les hizo sentir que la magia de los Reyes Magos lleva cosido el escudo blanco en sus coronas legendarias. L a ilusión no se compra, se alimenta. Y gestos como el de ayer acercan al Madrid a esa perfección que persigue desde que Don Santiago se empeñase en construir el mejor club de todos los tiempos. Esta noche continuará la fiesta y el Bernabéu reventará para recibir al Granada, equipo amigo que jamás debió abandonar la jet-set del fútbol nacional. Más de 5.000 granadinos darán color a un partido nostálgico que veremos más a menudo desde ahora. Este Granada promete.