Corazón blanco antes de firmar

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El 16 de noviembre de 2006, AS sorprendió a sus lectores con un reportaje del colega Óscar Ribot en Buenos Aires en el que lograba que Gonzalo Higuaín, por primera vez, se enfundase la camiseta del Real Madrid. No le costó demasiado el gesto, pese a saber que ese tipo de fotografías han fastidiado y roto más de un fichaje. Pero al Pipita le pudo su afán por jugar y defender ese escudo al que profesó admiración desde niño. Higuaín sí que nació para jugar en el Madrid. Su padre, Jorge Higuaín, estaba emocionado sólo con la posibilidad de ver a su hijo gritando gol en la pradera del Bernabéu...
Higuaín es un delantero con una capacidad de superación digna de convertirse en icono para las empresas que buscan empleados eficientes y ejemplares. Nadie le regaló nada. Aquí le llamaban Higualín (se necesita ser ciego, futbolísticamente hablando), le profetizaban menos futuro que cuando fichó Chygirinsky por el Barça y muchos valoraban como un dispendio los 12 millones que se pagaron por su fichaje. Ahora está considerado en Argentina por encima del Kun y nadie duda que es un crack de talla mundial. Higuaín, seas titular o no, eres muy grande...



