Ojo con este yugoslavo: ¡jugón!

El Maccabi y su alargada sombra histórica fueron borrados de un plumazo en una noche mágica en la Caja Ídem. Hubiera sido difícil imaginar una barrida semejante si los israelíes hubieran tenido en la cancha, con veinticinco años menos, a los Aroesti, Miki Berkowitz, Silver, Perry o El Gorila Williams. Con ellos, incluso posteriormente con Jamchi, hubiera sido imposible ver un Maccabi tan frágil y sin recursos para plantar cara a un Madrid con mayúsculas, poseedor de un perímetro de Final Four y una versatilidad de recursos en el juego de ataque que daría para rellenar varios clínics...

Apesar de que el gran Rudy Fernández quedó inédito en un partido en el que ya parecía estar en el vuelo a Dallas, el equipo de Laso no escatimó en exhibir recursos en sus movimientos ofensivos para ir abriendo brecha en un marcador que empezó en rendija y acabó en socavón. Da gusto ver las muñecas calientes de Carroll (interesante mezcla de Brian Jackson y Mark Simpson), Pocius (si las enchufa así con cuatro dedos, ¡qué habría sido sin esa rémora!), Llull, Carlitos Suárez y Nikola. Más conocido como Mirotic. Talento balcánico desatado y en estado puro. No olvidemos que este chaval, clonado de Bodiroga, fue el MVP del Europeo Sub-20 de Bilbao el pasado verano. Tiene cara de niño bueno y eso no ayuda bajo la pintura, pero le vi meterle un mate face to face a Schortsanitis, un jugador que parece haber desayunado un camión de hamburguesas. Maccabi, ya no das miedo a nadie...