Hay futuro para nuestro motocross español
De las cuatro grandes especialidades del motociclismo, España domina con mano de hierro dos, el trial y la velocidad, algo que no podemos decir del motocross o el todo terreno. En esta última, hemos ganado seis veces el Junior Trophy, pero el World Trophy, en los ISDE, siempre se nos ha escapado. Puede que sea la gran frustración de nuestro motociclismo. En motocross hemos mejorado, pero no se ha conseguido la estabilidad y regularidad deseada tras el campeonato del mundo en MX3 logrado en 2010 por el sevillano Carlos Campano. España ha tenido desde hace muchos años una gran tradición en esta especialidad: Oriol Puig, Pí, Sánchez, Gris, Capapey, Mendívil, Bultó, Muñoz, Elías (el padre de Toni fue diez veces campeón de España), Arcarons, Colomina, Bernárdez, Vico, Barragán, Lozano Mucha calidad, pero pocos resultados.
A esta lista hay que añadir desde ya a un chaval gallego de tan sólo diez años, Jorge Prado, que ha conquistado en 2011 el Europeo y el Mundial de motocross júnior. Me alegra saber que la gran tentación de sus mentores no sea que, en dos o tres años, abandone el polvo y el barro para fajarse con el asfalto (como hizo 'Julito' Simón), mucho más lucrativo y mediático que el MX, porque sería una pena. Familia, patrocinadores y la RFME deberían apostar por él como el abanderado de la especialidad para el futuro. Quién sabe, pero a lo mejor Jorge puede ser nuestro Joël Robert, padre y maestro del motocross belga y principal artífice de los 51 mundiales que ha conquistado este país.