El nuevo Madrid mide fuerzas
Fue bonito mientras duró, pero tras el idilio fugaz con Rudy Fernández (que se despide hoy) y Serge Ibaka, al Real Madrid le corresponde demostrar sus auténticas posibilidades para lo que resta de campaña. El Maccabi Tel Aviv, rival clásico en la competición europea, es un oponente idóneo para calibrar fuerzas. Tampoco el equipo israelí, ahora sin Jordan Farmar, será el mismo que en el inicio de campaña. En el choque de hoy está claro que el gran objetivo madridista es frenar a Schortsanitis. Con eso, en teoría, tendría asegurado un amplio porcentaje de la victoria. Con la inminente incorporación de Kyle Singler la plantilla blanca queda bien cubierta entre las posiciones uno al cuatro. La única incógnita que permanece está en el grupo de hombres altos, donde hay centímetros y calidad, pero aún por demostrar está la solidez en defensa, rebote e intimidación.
Ibaka era la pieza que completaba un puzle formidable a las órdenes de Pablo Laso. El Madrid le echará mucho de menos, pero sin ese portaviones y sin el bombardero Rudy, los blancos aún aspiran a imponerse en la guerra final. De nuevo, el gran rival a batir será el Barcelona, que apostó por lo seguro en vez de lo probable y no sufrirá bajón de fuerzas ni readaptación de esquemas por la marcha de los NBA. A favor del Madrid juega el hecho de que Laso ha sabido nadar y guardar la ropa, aprovechar a las estrellas invitadas y al mismo tiempo dar protagonismo al resto de la plantilla. Todos pueden dar un salto hacia adelante.