Yo digo Juanma Trueba

Modelo, herencia y tradición

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No crean. Me he pasado largo rato observando el mapa de España y tratando de encontrar alguna conexión entre los lugares que no aportan jugadores a la Primera División. Esperaba descubrir alguna explicación orográfica, quizá una sierra compartida por todos, un río o un valle maléfico que en este caso sería una depresión balompédica. Nada. Diez de las provincias afectadas por esta extraña sequía se caracterizan por no tener costa, pero Ceuta y Melilla viven asomadas al mar y se encuentran en la misma situación. Tampoco se detectan argumentos climáticos, aunque salvando Ceuta y Melilla, los inviernos son crudos en el resto de las poblaciones.

Sólo se me ocurre la influencia de la tradición. Según esa teoría, no se trataría de un problema de genes, sino de herencia afectiva y social. A excepción de Soria y Burgos (ausente de la élite desde 1980), ninguna localidad de las estudiadas ha contado nunca con un equipo en Primera . Esa coincidencia resulta demasiado insistente como para considerarla una casualidad. La pasión por el fútbol se contagia mejor a partir de modelos cercanos. La presencia de un club que compite entre los mejores pone en marcha un ciclo vital que busca la pervivencia de la tribu en los niños de la ciudad o la provincia. Ayudan las instalaciones, y los programas deportivos de colegios e institutos, por supuesto. Pero no hay estímulo mayor que la posibilidad de jugar en el equipo de tu tierra y de tu casa. De modo que no bajen la cabeza, amigos de tantos sitios, suban a Primera.

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