A falta de cuatro días para que el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) dicte sentencia sobre el caso Contador, la Federación ha sancionado con dos años a Mosquera. No es ninguna sorpresa. Tampoco tenía gatera por la cual escaparse. Pero lo que resulta inadmisible es que su sanción llegue un año y dos meses después de que diera positivo en la Vuelta. De esta manera, por la lentitud en las resoluciones, un expediente el del ciclismo español que podía estar impoluto en 2011, porque no ha habido ningún positivo, presenta tres borrones. El de Mosquera, el de su compañero David García, quien como él también dio positivo en la Vuelta, y el de Manuel Vázquez, que fue pillado en un control sorpresa en marzo del año pasado.

Tres sanciones que figuran en 2011 por infracciones cometidas en 2010. Lástima. Un ciclismo renovado y hasta arrepentido podía ser un atenuante para Contador. Porque de los 15 positivos de ciclistas españoles sancionados en 2010 podíamos haber pasado a cero este año. No ha sido así, y la reciente sanción a Mosquera no va a ayudar a Contador. Sobre el aire flotará que un destacado ciclista español -segundo en la Vuelta 2010- se dopó. Ahora Contador se enfrenta a un incierto veredicto en un proceso más largo aún, porque su caso arranca del Tour del año pasado, hace un año y cuatro meses. Se calcula que la resolución se demorará mes y medio, dada la complejidad del caso. Pues a los problemas del ciclismo hay que añadir el de la lentitud de su justicia.