El Málaga está teniendo mala suerte en el tema de las lesiones. A lo de Baptista, que lleva casi dos meses de baja por un problema en el dedo gordo del pie derecho, se une la lesión de Apoño, una hernia discal cervical, y ahora el asunto de Weligton, con una rotura fibrilar en el cuádriceps. La ausencia de Baptista va a ser interminable y cabe la posibilidad de que sea operado, porque, a pesar de su mejoría, continúa con molestias. Ha visitado a diversos especialistas, españoles y sobre todo brasileños, pero el mejor lo tiene en casa. El doctor Juan Carlos Pérez Frías, una eminencia en el Málaga, le cuida con mimo y cariño, y espera que juegue cuanto antes, aunque a algunos no les cuadre y le estén cuestionando.

Pero la malaga suerte le llegó a Weligton. No ha debutado todavía por otra lesión y ahora cae cuando empezaba a asomar la cabeza para una posible titularidad. El defensa brasileño es ejemplo de constancia y trabajo. Lleva varios años en el Málaga y ha pasado por una economía austera y guerrera del club a estar holgado y ser mirado como una de las entidades más envidiadas. Está negociando su renovación y espero y deseo que este percance no sea un obstáculo. El Málaga es un sentimiento. Volveré.