Otro título... y los que vendrán

Nico Terol ha ganado otro título para España, el último de una máquina de dos tiempos y de 125cc, en una carrera en la que venció el que será el primer campeón del mundo de Moto3, Maverick Viñales. Presente y futuro del deporte que más títulos del mundo trae cada año para España, y aunque a algunos les haya sabido a muy poco, no debemos quejarnos. El equipo de Terol es español, el de Jorge Martínez 'Aspar'; entre los diez primeros de 125cc hay siete españoles; el subcampeón de Moto2 es Marc Márquez, un chaval que ya mete miedo a los de MotoGP; y en la categoría reina, Jorge Lorenzo ha sido subcampeón tras un Casey Stoner intratable. Por cierto, con patrocinador español, Repsol, el mismo de Dani Pedrosa, que al final ha sido cuarto.

Pero de cuanto sucedió ayer, me quedo con el homenaje que se le hizo a Simoncelli. Fue un acto precioso, muy motero, pensado por gente de este deporte y no por políticos o genios del márketing. Juntar a toda la gente del paddock, pilotos con mecánicos; motos grandes con pequeñas, y a las estrellas con los modestos, sólo con el rugir de los motores de por medio, sin minutos de silencio ni musiquita repipi seleccionada por algún oportunista en busca de la lágrima fácil, fue conmovedor. Esta solemne ceremonia debe ser el rito que se celebre a partir de ahora cuando uno de los nuestros nos abandone. Lo prefiero mucho más que otros no tan sinceros, como poner el nombre de Marco a un circuito para que dentro de unos años algún desmemoriado lo borre de mala manera.