El español de Courtois y los fondos

Thibaut Nicolas Marc Courtois es un chaval de 19 años que pudo dedicarse al voleibol, como su familia, pero eligió jugar al fútbol. Es un niño grande que calza un 47 de pie, pero en él se adivina un gran sentido de la responsabilidad. En sus 199 centímetros de altura y sus 90 kilogramos de peso aún habita la ingenuidad del adolescente. Con esa inocencia contestó en Al primer toque a las preguntas de una entrevista que se presentaba complicada, a priori, por la barrera del idioma y que se convirtió en una divertida conversación porque el belga estudia ocho horas de español a diario para comunicarse con sus compañeros, un empeño inusual en un futbolista.

No aclaró Thibaut si existe una cláusula en su contrato de cesión por la que el Chelsea haya obligado al Atlético a que su portero juegue un número de partidos como titular. Y sí habló con claridad de los planes del Chelsea de que juegue dos años en el Atlético y luego siga otra campaña más cedido en un equipo inglés. A los aficionados del Atlético no les agrada que su equipo esté formando un portero al equipo de Abramovich. Courtois no tiene la culpa de que el Atlético no pueda competir con el Chelsea para pagar a tocateja. Y a los atléticos les queda aplaudir las paradas del belga lo que dure en el equipo, como mínimo un año. Joel y Asenjo son propiedad del Atlético y podían jugar perfectamente también. Pero Manzano ha elegido al belga y ya es raro que cambie. Además, Thibaut se ha revelado como un buen cancerbero, cercano al nivel de David de Gea. Eso sí, al igual que sucedió con De Gea, los colchoneros sólo podrán disfrutar de Courtois como mucho dos temporadas. Es lo que toca en estos días, inciertos y confidenciales, de fondos de inversión.