Alguersuari se reivindica ante Marko
La madrugada del pasado domingo ha sido intensa. Cuatro carreras, tres de motos y una de coches, totalmente antagónicas. Hemos visto sufrir a un Terol angustiado por la presión de ese título mundial que va a ganar en Malaisia; a un Márquez estratosférico rebasando a 31 rivales, como ni siquiera el gran Valentino Rossi jamás hubiera soñado hacer; a un Stoner invencible en una categoría que me abochorna ver en qué se ha quedado y una carrera de Fórmula 1 maravillosa. Han sido seis horas fantásticas en las que Marc Márquez ha reclamado a base de gas, casta y calidad la corona del Rey Valentino y en las que, además, me gustaría destacar a otros dos actores: uno secundario, Jaime Alguersuari, y otro principal, Sebastian Vettel.
El alemán merece todo el respeto. En esas manos hay mucho talento y destreza y no se puede simplificar todo a que el RB7 es un pepino. Como tampoco es razonable mofarse en cada carrera de su manía de celebrar las victorias con el dedo índice o de descalificarle por realizar la vuelta rápida en la última, algo que sólo debería arrancar elogios. De verdad, no entiendo esa manía por criticarle todo, hasta en el color de su casco. Descalificar al campeón también es menospreciar a todos los que no han sido capaces de ganarle. Y respecto a Alguersuari, qué decirles. Se merece todo multiplicado por diez. Va por delante de las dos sensaciones de la temporada, Pérez y Di Resta, y ayer ha ganado a Rosberg y su Mercedes. Que se entere Helmut Marko, ese gran piloto que busca lo tiene en casa.