En caliente uno, especialmente cuando acaba de presenciar un partido horroroso de su equipo, suele tener una visión catastrofista de lo sucedido, señalando las cosas que urge corregir para poner remedio de inmediato. En mi caso, han pasado ya dos días desde la desastrosa primera parte contra el Rayo y, referente al ataque del Racing, lo sigo viendo negro; apocalíptico, vamos... El balance contra los vallecanos, Sporting y Levante (con los que seguramente te jugarás los cuartos) es de un gol a favor, midiéndote a dos de ellos en casa. Siendo preocupante, lo peor es que apenas se crearon ocasiones. Claro, robando tan atrás, sin jugadores con la calidad suficiente para aguantar el balón y, lo más grave, teniendo delanteros sin un pimiento de velocidad, no tengo dónde agarrarme. Bueno, sí; que Kennedy se recupere y alimente a Stuani de balones colgados al área, si el uruguayo despierta, que ésa es otra. Alguien que es capaz de meter 22 goles en el Albacete y que hizo sombra a Caicedo metiendo ocho jugando cuatro ratos no puede ser tan malo.

A Ariel le conocemos y da para lo que da: lucha, entrega, correr de aquí para allá y encender a la grada, para mí de forma injusta. Algunos no hacen ni eso. Munitis arriba es más de lo mismo, y como a Cúper no le va eso de probar a los chavales más rápidos en otra demarcación, pues toca mirar al filial. Jaime es un delantero vivo dentro del área, más móvil que rápido y con carácter, pero no le veo chocando con los Ballesteros, Piqués y demás; Javi Martínez hizo la pretemporada pero no pasó el corte... Nos queda Koné, que sí tiene velocidad pero que no marca ni en Tercera... Al menos tenemos a Adrián, que sabe leer los partidos y ya ha enchufado dos. ¿Rezamos?