Los chascos crónicos del Real Madrid

Los chascos crónicos del Real Madrid

Algo así como un tenor que soltase un gallo escandaloso al debutar en la Scala de Milán. Es el maleficio que persigue al Real Madrid desde que se implantó la Supercopa como torneo de apertura en la temporada de baloncesto. Para el equipo blanco, año tras año, hay un superchasco, una decepción crónica que lastra su confianza a lo largo de la temporada. Y no es para menos. En siete ediciones disputadas, cuatro títulos para el Baskonia, tres para el Barça y, como digo, varapalos constantes para el conjunto madridista.

Este año el equipo azulgrana vuelve a ser favorito, no sólo frente a su eterno rival madrileño, sino ante cualquier adversario del continente europeo. El Madrid ha optado al fin por el camino de la paciencia, ha mantenido el bloque del año anterior, apostando por valores nacionales y jóvenes con proyección, pero el Barça sigue varios escalones por encima, teóricamente inasequible. Las incorporaciones de Rudy Fernández (aunque es duda) y Jaycee Carroll (el soñado anti Navarro) han potenciado el perímetro merengue, pero el juego interior ofrece dudas, sobre todo en solidez defensiva e intimidación. El nuevo técnico, Pablo Laso, apuesta por la velocidad (lo cual me parece magnífico), pero no olvidemos que sin rebote no hay contraataque. La buena noticia para el Madrid es que tiene un bloque joven, con talento, que irá creciendo con el paso de los meses. La mala noticia es que, si no hay paciencia, los Superchascos pueden causar nuevas crisis.