La mano que mece esta cuna...

La mano que mece esta cuna...

El verano de 2009 fue un tsunami en forma de fichajes. La lista de la compra de Florentino en su regreso la encabezaban los Tres Tenores: Cristiano, Kaká y Benzema. Un total de 198 millones de euros para traer a dos Balones de Oro (el brasileño en 2007 y el portugués en 2008) y a uno de los delanteros con más futuro de Europa. Pero faltaba un timonel, un delineante, un imaginador, un regista, un jugador que supiese leer por los ojos del entrenador de turno para alimentar a los acechadores del gol. Ese hombre era Xabi Alonso.

No fue fácil convencer a Florentino porque gastarse otros 30 kilos le hacía muy poca gracia después del desembolso bestial ya reseñado. Pero se lo dejaron claro: "Presidente, este invento necesita de un 'mente-fría' como Xabi para que el proyecto pueda competir con el Barça de Xavi e Iniesta. Fíchalo". Sacarlo del santuario de Anfield, donde era venerado como si hubiera nacido en The Cavern, fue complicado. Pero el tolosarra tenía clavada una espinita y quería conquistar el Bernabéu. Triunfar aquí es como matricularse en Oxford y Harvard a la vez. Entendió el club desde el primer día. Sabe leer sus inquietudes, ha logrado que Mourinho le llame 'boss' y la afición lo considera el líder en el campo. Xabi, no te resfríes. Sin ti, ni regla ni cartabón...