Vettel es el hombre maravilla
Sebastian Vettel está a un solo punto de revalidar su título mundial de Fórmula 1 y todavía faltan por disputarse cinco grandes premios. Su dominio en Singapur ha sido brutal, casi grosero. El próximo bicampeón más joven de la historia suma ya once poles y nueve victorias en 2011, un currículo que ni entre todos los pilotos de la parrilla podrían llegar a igualar esta temporada. Y vayan, para aquéllos que cada fin de semana se afanan en afirmar que el alemán es un piloto con más suerte que calidad y que vive de las rentas que le obsequia su mejor socio, el Red Bull RB7, algunos datos que nos van a ayudar a salir de dudas: en 50 carreras con Red Bull ha logrado 25 poles, ¡el 50 por ciento!; 18 victorias, siete vueltas rápidas y 32 podios. Sin comentarios.
Por lo demás, en Singapur no vimos nada nuevo ni sorprendente, todo sigue igual. Button apareció como siempre, cuando ni le esperamos ni le invitamos. Es increíble lo del inglés. Webber prosiguió completando la mejor colección de salidas fatales de la historia de la F-1. Alonso se jugó otra vez el tipo con un Ferrari incapaz de ganar nada, ni una carrera de Los Autos Locos. Hamilton estuvo tan intrépido y valiente como imprudente, fuera de toda realidad, como si estuviera dentro de un juego de la PlayStation. Me encanta, pero claro, no me llamo Felipe. ¡Pobre Massa! Como Barrichello y Schumacher, no están para muchos trotes. Y muy bien la generación emergente. Alguersuari no tuvo su día, pero Di Resta, Pérez y Maldonado estuvieron geniales. ¡Qué ganas tengo de que llegue el 2012!