Otro tostón de Mundial

 

Mark Cavendish se proclamó campeón del mundo de fondo en carretera en Copenhague. Pues vale. No seré yo quien quite ni un ápice de mérito ni a él, ni a la selección de Gran Bretaña. Han sido los más fuertes, los que mejor han corrido y han aprovechado un recorrido afín a sus características para enfundarse el maillot arcoíris. Vayan por delante mis felicitaciones y mi reconocimiento.

Dicho esto, que no me pida nadie que me emocione con este Mundial, absolutamente tedioso. Si les soy sincero, sólo me mantuvo expectante saber si Óscar Freire sería capaz de sumar su cuarto arcoíris. Nada más. Estar 5 horas y 40 minutos dando vueltas a un circuito para acabar con una llegada masiva entre 80 corredores y obtener el mismo resultado que en cualquier etapa llana de una gran vuelta, es indigno para un campeonato. Es mi opinión.

Al término de la carrera, he expresado este mismo análisis en Twitter. Y he añadido que el desarrollo y el desenlace del Mundial me han recordado mucho al bostezo eterno que ya vivimos en Zolder en 2002. Miguel Ángel Martín Perdiguero, el gran Perdi, me ha respondido lo siguiente: “Para nada tío, tanto Cipollini como Cavendish se merecen la oportunidad de tener campeonatos así para optar al Mundial”.

No voy a rebatir directamente esta opinión, que comparten con Perdi otros aficionados y que es tan respetable como cualquier otra. Simplemente voy a reproducir el último párrafo de la crónica que escribí en aquel 2002, entonces como enviado especial de AS en Zolder: “Cipollini engrandeció mucho más su leyenda y su palmarés (181 victorias), pero no evitó la derrota de la épica del ciclismo. Un circuito llano es una farsa. Para esto, mejor organizar tres Mundiales en línea: uno para sprinters, otro para clasicómanos y otro para escaladores. Así, cada aficionado podría elegir cuándo es mejor echarse la siesta”.

Si quieren, podemos quitar de este párrafo el nombre de Cipollini para sustituirlo por el de Cavendish y podemos actualizar el número de victorias (78 en total para el británico)… Y el resto de lo que escribí hace nueve años me vale tan cual para el Mundial de Copenhague 2011. Una farsa y un tostón.

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