Márquez no es bueno, es fantástico
Ayer comprobamos en MotorLand la diferencia entre una carrera de motos y un trámite administrativo. En Moto2 pudimos disfrutar de un espectáculo extraordinario, mientras que en MotoGP asistimos a una prueba aburrida y previsible. En Moto2 vimos a la reencarnación de Valentino Rossi, a Marc Márquez, un chaval de 18 años que destrozó todas las previsiones que se tenían sobre él: no es muy bueno, es fantástico. Manejó la carrera y a sus rivales de principio a fin, especialmente a Bradl, y además dio un recital de adelantamientos que podrían haber sido firmados por el mismísimo Kevin Schwantz. Quizá en algún momento se empachó de astucia y puso en peligro su triunfo, pero como les suele pasar a los grandes, le salió bien y el título se le pone a tiro de piedra.
Y la cruz de la jornada fue para Jorge Lorenzo. La corona mundial está perdida (desde hace dos o tres carreras), pero las diferencias entre Honda y Yamaha empiezan a ser exageradas. Stoner ganó con un brazo atado y Pedrosa le secundó pilotando con el otro, van sobrados. No es normal que veamos al piloto número uno de Yamaha peleándose con la cuarta Honda del paddock, la de Simoncelli. Algo se está haciendo mal y si no cambian las cosas, Pedrosa y Stoner se pueden dar un empacho de triunfos en las próximas semanas que pueden hacer enloquecer a Lorenzo. Qué pena que el papel de Pedrosa haya quedado en el de fiel escudero del jefe, yo esperaba otra cosa, por lo menos en MotorLand, aunque todavía nos queda Valencia.