Desde 'Bossa nova' Dirceu hasta Diego

El primer Atleti que recuerdo haber visto, y haber reconocido a sus jugadores, es el de 1980. Tenía ocho años y recuerdo perfectamente el olor a farias del Manzanares y a Rubén Cano peleándose contra el Madrid de Juanito y Santillana. Y recuerdo, como si lo estuviera viendo ahora mismo, a Bossa nova Dirceu, como le llamaba Héctor del Mar, y su magnífica zurda. En el camino que he vivido desde Dirceu hasta Diego, como antes en los 70, los 60, los 50 y los 40, el Atleti siempre tuvo peloteros de gran nivel, nacionales, canteranos y extranjeros como Landáburu, Marina, Setién, Alemao, Schuster, Caminero o Valerón. Desde hace un par de lustros adolece de ese jugador, del superclase que hace jugar al equipo y ese vacío insoportable se ha cubierto con Diego. El Wolfsburgo lo ha cedido sin opción de compra porque Felix Magath no permitía que saliera de otra manera. Ese Magath que pone multas de mucho dinero a los que dan taconazos y a los delanteros que no bajan a defender sabe que Diego la va a romper en España y espera con el sable al Atleti a final de temporada. Ese Magath que no soportaba que fuera el mejor pagado de la plantilla y tuviera un palco privado para su familia, sabe que se va a salir en la Liga BBVA.

Deslumbró en el Santos y en el Werder Bremen se salió. En la Juve dejó de lucir cuando los capos del vestuario exigieron a Ferrara jugar sin trescuartista y le puso muy atrás o en una banda. En el Wolfsburgo empezó bien, pero cuando el City fichó a Dzeko en enero se quedó sin nadie que conviritiera sus grandes pases. Magath le desquició y se equivocó. En el Atleti no se va a equivocar. Su objetivo es jugar el Mundial 2014 de local con Brasil. El Atleti será su catapulta. Y Diego catapultará al Atleti.