Pulso. El Barça ha tomado la delantera por el fichaje de Neymar en las últimas semanas en lo que el Real Madrid considera juego sucio por parte de Rosell. En la Casa Blanca se pillaron un mosqueo monumental al enterarse de que dos emisarios del club azulgrana, con el director de fútbol Raúl Sanllehí a la cabeza, viajaron a Brasil para presionar al padre del jugador. Inmediatamente después, Florentino dio la orden de que alguien del Madrid cogiese un vuelo y se plantase allí con urgencia. Dicho y hecho. El jefe de los servicios jurídicos del Madrid, Javier López Farré, viajó esta semana, se entrevistó con el presidente del Santos y habló con el entorno del jugador para recordarles que Neymar ya ha llegado a un acuerdo con el Madrid y no puede echarse atrás. Rosell tiene muchos contactos en Brasil y algunos de ellos le deben favores al que fuera máximo responsable de Nike en el país sudamericano. El fichaje de Neymar se ha convertido en un pulso entre Barça y Madrid. ¡Ojo! En las próximas horas podría haber cumbre en Madrid. Estaremos atentos.

Del Nido, acorralado. Lo que parecía una jugada maestra del presidente del Sevilla, José María del Nido, con la reunión que montó con los indignados en el Sánchez Pizjuán le ha salido rana. El jueves, Florentino Pérez lanzó una reprimenda a los presidentes: "A mí no se me ocurriría convocaros en mi casa excluyendo a alguno de vosotros". Rosell se unió a la queja mientras el resto pedía perdón a los grandes y dejaba a Del Nido tocado y hundido.

Los relojes de Pep. El mosqueo de Guardiola con la Prensa va a más y la última decisión que ha tomado ha sido la de vetar la presencia de los medios de comunicación en el acto previsto por un patrocinador del club para presentar sus relojes. En Seiko se sienten engañados. Con la pasta que ponen y no les dan ni la hora...

El guapo de Cristiano. Como me decía el Loco Gatti hace algún tiempo, "si Beckham fuese feo se le habría considerado mejor futbolista". Seguramente algo de razón tenía. Fútbol y moda nunca han sido compatibles. El aficionado que paga su entrada y va al estadio considera, en su mayoría, una frivolidad que unos futbolistas millonarios se dediquen a las pasarelas, a protagonizar anuncios o a hacerse fotos para revistas. Cuesta entender que los tiempos han cambiado y que los rockeros de ayer son los futbolistas de hoy. El otro día, Cristiano se equivocó en las formas y el tono, pero decir que los futbolistas guapos, ricos y buenos generan envidias no es para que le matemos. Su error fue que una frase tan llamativa después del partido acabase tapando lo más importante: que el portugués acabó con el tobillo ensangrentado y con tres puntos de sutura, algo que no se debe permitir. Por encima de todo, protejamos el espectáculo... y Punto Pelota.