Ni el valor de Alonso ni Monza baten al RB7
Tiene que ser muy frustrante correr para Ferrari en estos momentos. Ayer Fernando Alonso realizó una de las mejores salidas que recuerdo en los últimos años y sólo le sirvió para alcanzar un tercer puesto y gracias a Dios, Hamilton y Schumacher. La arrancada de ayer de Alonso fue de otra galaxia, digna de un gran campeón, pero también de un piloto desesperado y dispuesto a dejarse el pellejo para dar una satisfacción, aunque sea de unos segundos, a los tiffosi de Monza. Fueron cinco segundos mágicos llenos de valentía, audacia, inteligencia y mucho talento. Pero tras el entusiasmo vino el huracán Vettel y su RB7 y se acabó la magia, el GP de Italia y el Mundial.
Montezemolo nos ha adelantado esta semana que están preparando un Ferrari para batir al RB7 en 2012, pero se me antoja que la distancia de la escudería de Newey y Horner con el resto de los equipos es cada vez más grande. Se parece mucho a lo que está pasando entre Madrid y Barça. El equipo de Dietrich Mateschitz ha apostado por un proyecto a largo plazo con pilotos formados en casa, todo lo contrario que Ferrari, una gran empresa con un currículo deportivo de ensueño, que ficha a los mejores a golpe de talonario y que todos los años cambia de plan. Es la fe en el talento contra la devoción por el talonario. Alonso tiene ante sí un reto dificilísimo, mucho más complicado que ganar dos mundiales con un equipo modesto, volver a hacer campeón del mundo a Ferrari ante un equipo y un monoplaza de ensueño, el mejor de todos los tiempos.