Siempre en semifinales desde 1999
Recuerdo la época en la que la Selección, y ahí incluyo a jugadores, técnicos y aficionados, se ponía de color amarillo susto cada vez que llegaban los cuartos de final. Era el cruce que marcaba el éxito o el fracaso del campeonato, el que acomplejó durante tanto tiempo al deporte español. Ahora, sin embargo, ese listón se mira desde arriba, como si se pudiera saltar con el chándal puesto. Debe ser la fuerza de la costumbre reciente, porque España persigue en Lituania su séptimo Eurobasket consecutivo sin bajar de semifinales, desde 1999 en adelante. Cuando, por ejemplo, de las siete ediciones anteriores sólo en una subió al podio (1991, bronce). A veces conviene echar un vistazo al pasado para disfrutar más del presente, aunque a Scariolo y sus jugadores sólo les valga el oro. Bueno, quizá esta vez también la plata por aquello de que clasifica para los Juegos, el gran reto pendiente de esta generación de oro.
Y puestos a mirar al cruce de cuartos, aún con el buen color de piel que regala el verano, debe dar igual Finlandia que Eslovenia. Y en una hipotética semifinal, Lituania que Rusia. No hay un ogro a evitar y sí varias selecciones peligrosas. Francia no pensó ayer lo mismo y salió a perder, quizá pague sus cuentas de la lechera ante Grecia en cuartos y, si gana, con Rusia o Serbia en semis. En cualquier caso, ya lo ha pagado en prestigio, ofreciendo una imagen bochornosa ante España. Supongo que perder a propósito debe ser sancionable de oficio por la FIBA, pero si ésta no mueve un dedo en casos más graves...