Frialdad para marcar
El pasado año, en partidos como el de ayer, Benzema era silbado porque se le notaba más que al resto el atolondramiento. Tanto ha cambiado que ahora es el francés el que resuelve en días grises. En los primeros 20 minutos, marcó un gol y dio dos asistencias a Coentrao y Cristiano que acabaron en el limbo. Estuvo a punto de finiquitar el partido él solito. Si a esto añadimos que se mata presionando a la defensa contraria y que busca las bandas como alternativa, entenderemos la ovación del Bernabéu.
Languidecía el choque y apareció de nuevo el francés. Ahora con un maravilloso pase de Cristiano. Pero de mucho mérito fue también la resolución. Y es que ya no necesita acomodarse el esférico. Golpea según recibe y eso dificulta la labor del portero rival. Su tendencia a ser un jugador frío en el campo, lo aprovecha para hacer goles. Eso se consigue teniendo confianza, la que ha encontrado en la pretemporada. Primero ganó la batalla de la titularidad y ahora araña minutos antes de ser cambiado.