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Voraz como siempre

Abrió y cerró la media docena. Estoy seguro de que se fue enfadado porque el árbitro apenas añadió un minuto. Quería más, y eso que ya llevaba tres. Así es Cristiano, para lo bueno y para lo malo. Ansioso, insaciable, tiquismiquis. Su arrolladora personalidad le ha llevado a estar en la cumbre desde que cumplió la mayoría de edad. A diferencia de anteriores arranques, Cristiano estuvo ayer más participativo, menos obsesionado con el gol, si exceptuamos los lanzamientos de faltas.

También es plausible que controle mejor el carácter cuando recibe una entrada dura. En La Romareda apenas se permitió un par de sonrisas sarcásticas al árbitro después de que le estuvieran breando con contundencia. Mourinho, además, ha dado con la tecla para encontrarle los mejores compañeros de viaje: Özil y Benzema. Ambos descartan el lucimiento personal en favor del portugués. Se acabaron los piques de antaño con Higuaín. Así las cosas, tres goles y miel sobre hojuelas.