Al final, ser ejemplar no sirve para nada
La plantilla de jugadores del Sporting fue de las que se atuvo al pie de la letra a la convocatoria de huelga instada por el sindicato de los jugadores. El club mantuvo una postura de respeto a la decisión de los futbolistas rojiblancos, aunque sorprendió que otros clubes, cuyos principales estandartes, con escarapela internacional, salieron en la fotografía de solidaridad con el paro, al lado de Luis Rubiales, principal promotor de la huelga. Los aficionados, que son una parte bastante importante en el engranaje del fútbol, soportaron el parón con resignación y respeto, aunque algunos de ellos, con los viajes pagados, mantuvieron el desplazamiento, si bien con un cambio obligado en el motivo, para convertir el deseo de ver el fútbol y el juego de su equipo por un fin de semana de vacaciones. Le pasó al popular seguidor rojiblanco Víctor Villar.
A los aficionados difícilmente se les puede explicar que hay una huelga convocada, pero que se jugará el Gamper. Que hay una intención de parar también el próximo fin de semana, pero el Real Madrid disputará pasado mañana su Trofeo Bernabeu. En resumidas cuentas, que eso de la huelga no tiene un baremo que se mida igual a todos. Mayor es el contrasentido de que Segunda B jugó el fin de semana, aunque es la categoría con más problemas económicos. El Sporting, como club, tiene razón en quejarse. Aquí, la Ley Concursal de 2005 tuvo un juez que no desvinculó el descenso al impago, por lo que los jugadores rojiblancos de entonces cobraron toda la ficha de la campaña anterior. Ahora, el club gijonés es ejemplo de cómo se hacen las cosas. Así lo dijo el sindicato de los jugadores hace dos años, pero eso no es ninguna ventaja.