Y Casillas ayer se desesperó
Los goles del Barça no llegaron porque el Madrid jugara con menos precauciones que la pasada temporada. Llegaron por fallos puntuales. Carvalho está lento, pesado, descolocado. Pese a la aportación defensiva de Coentrao, cada ataque del Barça era un uyyy. Incluso Xabi insistía menos en la ayuda a los centrales. Añadan a ello la tensión que soportó Pepe, increpado desde el primer minuto, para comprender que el partido se convirtiera en un sinvivir para Casillas. Aún así, le dio tiempo a realizar dos soberbias paradas que dejaron vivo a su equipo cuando llegó el descanso.
Curiosamente los sobresaltos fueron menores en la reanudación con la entrada de Marcelo, que ya sabemos que no atesora como virtud principal el orden táctico. Influyó que Guardiola, casi por primera vez, reculara en su planteamiento ofensivo. Incluso la versatilidad de Coentrao como mediocentro ayudó a cierta estabilidad. Pero todo volvió a cambiar tras igualar la eliminatoria el Madrid. Los locales buscaron la parte débil del rival por la izquierda y llegó el tercero. Marcelo no estaba y Carvalho llegó tarde al quite.