Revisen '¡Bienvenido, mister Marshall!' antes de fichar
Entiendo la ilusión que genera en la afición europea el hipotético desembarco NBA. El producto se desvanece y cualquier inyección de espectáculo es una bendición, pero aceptar que las estrellas vengan a hacer una pretemporada (inmoralmente bien pagada en esta crisis) y vuelen cuando la cosa se ponga seria es asumir la mediocridad, no combatirla. Como en ¡Bienvenido, Mister Marshall!, engalanaremos los pabellones, les saludaremos con alegría y veremos cómo pasan por el pueblo sin mirar atrás, dejando más frustración que beneficio.
Y no nos engañemos, salvo honrosas excepciones, el NBA que emigre lo hará sólo por dinero. Pese a sus increíbles sueldos, la mayoría vive mes a mes. Un estudio de Sports Illustrated en 2009 indicaba que el 60% de los exNBA se arruinan en los 5 años siguientes a su retirada. Así que si los cheques siguen sin llegar en otoño, más de uno necesitará ingresos. Pero viniendo para unos meses y con sus millonarios contratos americanos en peligro si se lesionan, pocos se dejarán la vida por sus equipos. ¿Compensa el gasto y la imagen circense de su apresurado adiós? Yo diría que no.