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No pudo ser. La gloria se le sigue negando al Elche, que volvió a escribir una triste página en su historia. Treinta años después, se repitió la escena del día del Cádiz y de aquel ascenso que se escapó por los pelos. El Elche ganó en ilusión y apoyo desde la grada, pero perdió a los puntos en el campo ante un rival que supo golpear en el momento de la verdad para tocar el cielo. Queda la pena del gol anulado a Pelegrín, así como la extraña ausencia de David Sánchez, que nadie justificó.

El mediapunta andaluz siempre era la pieza que había hecho encajar el puzzle de Bordalás y ayer se le echó de menos. Reapareció Palanca pero no fue suficiente. Lejos de alineaciones, hoy debe de ser el primer día del nuevo Elche. Va a ser duro, pero la entidad debe quedarse con lo bueno y aprender de este tropiezo para reconstruirse con la mirada puesta de nuevo en Primera División. Con el ambiente de ayer, el sueño puede volver a ser posible la próxima temporada.