Miribilla va a ser estavez el OAKA

La pelea de gallos del final del partido de ayer tendrá una continuación. Morris, extrañamente excitado, retó a Banic, y Anderson, al que alguien del Barça debe poner el cascabel de una vez, se sumó a la fiesta junto con Mumbrú, al que no hizo gracia que le cuestionaran en sala de prensa sobre el final de su carrera, que aún parece lejano. Pelea camorrista que pilló con el paso cambiado a Teledeporte y añade más leña al infierno de Miribilla. Esta vez, el vendaval bilbaíno se va a tornar huracán desde el martes, para tomar forma de efecto OAKA, el pabellón del Panathinaikos, el más fiero de Europa junto con el del Partizán.

Por lo menos, el Bizkaia sí dejó claro que entiende lo que significa jugar una final de la ACB. A nivel de dureza, concentración, fortaleza en el rebote... irreprochable actitud del equipo bilbaíno, que quiso merecerse los dos partidos en su feudo. La gresca del final demuestra que aquí nadie está de vacaciones. Eso sí, la calidad del Barça sigue augurando una serie de color azulgrana. Ayer lanzó su mensaje: no va a dejar correr al Bilbao y defenderá siempre cara a cara a Jackson, que seguro no se va a ir de vacío de la final.